miércoles, 11 de diciembre de 2013

Derechos Humanos



Por mucho, los derechos humanos son resultado de la modernidad y juegan un papel central en el mundo contemporáneo. Su protección o violación por parte de los poderes públicos constituidos, otorga el tono para diferenciar a los países de democracia formal de los de democracia real, siguiendo la línea de los estudios políticos; o los  de constitucionalismo declarativo, respecto de los de constitucionalismo efectivo, en el campo jurídico. En cualquiera de los modos que se quiera apreciar, el núcleo de los derechos humanos está formado por una cauda específica de derechos y de libertades –a la vida, propiedad, de expresión, de asociación, a la educación, a la salud, de credo, a un ambiente sano, entre los más significativos- ene los que desde hace algunos años se incluyen los derechos políticos o ciudadanos a votar y ser votados.
El camino para llegar a este exigido campo de aristas diversas, ha introducido prefijos que se unen para referirse a los derechos humanos como una categoría fundamentalmente bio-psico-social, porque la exterioridad y la interioridad humanas se conciben bajo una óptica integral, cuyo tratamiento debe ser cuidado, protegido y respetado, para lo cual no basta declarar simplemente en las cartas constitucionales que se “tienen” derechos humanos, sino que se deben garantizar mediante instrumentos reales, característicamente leyes e instituciones desde el punto de vista de la acción pública, y de sociedades u organismos en la perspectiva de la sociedad civil.
Hace buen tiempo que la concepción “dadora” del Estado –y, por tanto, el único garante de los derechos humanos- ha dado paso a una noción más amplia y realista que reconoce la necesidad de la corresponsabilidad gobernante-gobernado para el ejercicio efectivo de los derechos humanos. En términos sociológicos, en la actualidad se observa una singular relación entre organismos públicos y expresiones sociales de diverso cuño, para “llevarla bien” cuando se tiene como punto referencial a los derechos humanos, creándose verdaderas relaciones transaccionales, basadas en criterios de demanda-respuesta: los ciudadanos que demandan, reclaman violaciones y piden protección; las autoridades exigidas, responden otorgándola. La transacción consiste en que ahora ambas partes mantienen estrechas relaciones, no de amistad, sino de necesidad. La fase de denuncia ciudadana y de silencio de la autoridad de hace algunos años, ha caminado -con escollos no exentos de retrocesos- hacia una relación de intercambio de acciones de evidente beneficio social, porque, a final de cuentas, detrás de los papeles de gobernantes o gobernados está la condición común e insoslayable de que somos personas con derechos humanos. Si los derechos humanos han pasado por una historia de declaración política, reconocimiento jurídico, extensión social, denuncia, reclamo y, finalmente, atención real, la históricamente muy reciente senda del garantismo y de la corresponsabilidad, exhibe un futuro todavía difícil pero prometedor. Por el día mundial de los derechos humanos de cada 10 de diciembre.

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