miércoles, 5 de marzo de 2014

Ley de Educación en Veracruz


Idoneidad de docentes, directivos y supervisores en la Educación, a través de concursos de oposición para el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia en el servicio profesional docente, con pleno respeto a los derechos constitucionales y laborales adquiridos de los trabajadores de la educación; creación del Instituto Veracruzano para el Desarrollo Profesional y la Evaluación Educativa; y Calidad de la Educación, en beneficio del mejoramiento constante, máximo aprendizaje y logro académico de la infancia y juventud veracruzana. Son estos los rubros declarados que se contienen en la nueva Ley de Educación de Veracruz, que llegó de la mano de lo que se entiende por “armonización” de leyes federales y estatales: uso de facultades concurrentes, para que el órgano legislativo local adaptara los contenidos de la Constitución y leyes federales, en la legislación local, de conformidad con el propio entorno, necesidades, contexto histórico social e idiosincrasia de una entidad, como la veracruzana, que ha sido patria y matria del normalismo en México. ¿Por qué es importante la legislación educativa en Veracruz? Porque somos la entidad federativa con más escuelas en el país (23,448), la tercera con más maestros (más de 125 mil), y la cuarta con mayor matrícula escolar (más de 2.2 millones de alumnos). Por su infraestructura y extensión, cobertura poblacional, elementos multiétnicos y pluriculturales, la Educación en Veracruz es una realidad compleja que no puede entenderse sino con criterios sistemáticos y con parámetros e indicadores que correspondan al contexto y la singularidad regional que nos caracterizan. Ante la desinformación y la confusión, intencionada o no, la nueva Ley de Educación deja totalmente en claro que la educación que imparta el Estado será gratuita, laica, obligatoria, y que todas las personas tienen derecho a recibirla, acorde a lo que establece el icónico artículo 3° de la Constitución Federal y el 10° de la Constitución local. Legisladores de diversos partidos políticos y maestros pertenecientes a distintas organizaciones gremiales, no han tenido reservas ni han escatimado palabras para decir que la nueva Ley de Educación fue precedida de decenas de reuniones de trabajo, y de la revisión plural de un abundante material formado por distintos documentos y propuestas variadas. El común denominador es el de que todos los que participaron en la mesa de diálogo y elaboración del ordenamiento aprobado, se sienten incluidos en el nuevo texto normativo. Y si esto es así, entonces la Ley de Educación de Veracruz tiene el añadido de ser un cuerpo legal socialmente legitimado. Esta “sazón” particular, como referimos en la entrega anterior, pone un “sabor” especial, porque da la pauta del beneficio que recibe el trabajo legislativo cuando todas aquellas personas, grupos y expresiones diversas pueden comunicar sus puntos de vista, problemas y preocupaciones, pero también sus intereses y expectativas, porque de estos aspectos se nutre, materialmente, todo ordenamiento. Cuando se tiene la base y el impulso social para “lograr” una ley, corresponde a los congresos sumar las formas de técnica legislativa y de debate parlamentario, que permitan en la realidad atender a quienes constituyen el verdadero fundamento de todo gobierno: los ciudadanos, sus familias y sus hijos. Que sea en beneficio de Veracruz.

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