miércoles, 11 de enero de 2012

2012: Elección Total




Según datos del Instituto Federal Electoral, a mediados de 2012 acudiremos a las urnas electorales para votar por un Presidente de la República, 128 Senadores y 500 Diputados en el orden federal (300 de mayoría relativa; y 200 de representación proporcional); y se tendrán elecciones locales en 15 entidades federativas: Sonora, Nuevo León, San Luis Potosí, Guanajuato, Jalisco, Colima, Querétaro, Estado de México, Distrito Federal, Morelos, Guerrero, Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas que, en conjunto, representan la elección de 6 Gobernadores, un Jefe de Gobierno, 347 Diputados locales de mayoría relativa, 232 Diputados locales de representación proporcional, 871 presidencias municipales y 16 jefes delegacionales.

Por su dimensión y volumen, a la suma de las elecciones federales, estatales y municipales que coinciden de este modo cada seis años, se le ha dado en llamar “elección total” -aunque en estricto sentido no sea así- porque se renueva el 100% de los cargos de elección federal, casi el 20% de las gubernaturas o equivalente (el Distrito Federal) y de los legisladores locales, y el 35% de los municipios del país.

Por ello estamos presenciando una agresiva e intensa campaña electoral (para evitar el “pre” que se quiere anteponer a un proceso electoral francamente ya en marcha), entre todos “los colores” contendientes, dado que el “mapa electoral” puede modificarse –según encuestas y preferencias- de manera que la postulación interna de candidatos se convierte en una verdadera elección interna previa sumamente agitada, debido a que está en juego ni más ni menos que el control del Gobierno Federal en sentido amplio, y una muy importante área regional formada de los estados y municipios mencionados.

La inteligencia con que se elijan candidatos, se realicen campañas y se oferten propuestas de nuevo gobierno, producirá el “resultado ganancioso” para alguno de los tres partidos políticos nacionales más grandes (que al corte del día de hoy se presenta, en orden de mayor a menor intención del voto, con la seguidilla PRI-PRD-PAN), o el “tsunami” electoral que afectará a alguno de estos partidos por la consecuente redistribución formal y material del poder político tanto en el centro como en la periferia.

Por supuesto, también se pueden dar diferencias relativas entre las tres fuerzas político-electorales más representativas de nuestro país, si atendemos a la lógica de analistas serios que también argumentan, fundados en datos histórico-electorales duros, que a la “hora” de la elección las diferencias en las estadísticas sobre preferencias comiciales se habrán estrechado, distribuyéndose hacia una cadena PRI-PAN-PRD (también de mayor a menor) más equilibrada, porque introducen la expectativa de “género” que podría suceder con la posible incorporación de una mujer candidata a la Presidencia de la República. Con todo, lo cierto es que las estrategias están marcadas: el PRI, con Peña Nieto, busca conservar la indudable ventaja que tiene hoy por hoy; el PRD, intenta recomponer la figura de López Obrador, para ver si puede “estirar” su imagen; y el PAN, decidirá el candidato (Cordero o Vázquez Mota) que recibirá el apoyo de todo el aparato del gobierno federal para conservar el poder. Pues bien, evidentemente en este 2012 asistiremos a una verdadera Elección Total.

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