Construir políticas públicas
desde el gobierno; construir acuerdos políticos en el congreso de la unión; construir
mecanismos para que la fortaleza de las finanzas públicas se refleje en el
diario vivir de los ciudadanos; construir diseños institucionales de mayor
efectividad y contrapeso; construir un plan integral para la seguridad pública,
la protección civil y la seguridad social; construir opciones educativas y
laborales; construir y construir…¿o es que el significado del verbo construir produce confusión?...Fabricar,
edificar, hacer de nuevo alguna obra o servicio, ordenar o unir cosas entre sí
con arreglo a leyes, en conexión con predicados diversos …Destruir es su antónimo, que significa reducir a pedazos, aniquilar,
deshacer, inutilizar lo que sea, malbaratando, malgastando inutilizando,
estorbando u ocasionando daño grave. Esto último es muy fácil de hacer, las
historias nacional, regionales, comunitarias, familiares y qué decir de las personales,
tienen abundantísimas pruebas de ello; en cambio, lo otro, construir, es mucho más difícil. Tan sólo al opinar sobre casi
cualquier cosa, es mucho más fácil expresar una crítica negativa que ofrecer
una de carácter positivo para resolver alguna situación o problema. Pues bien,
en el orden público administrativo y político social necesitamos urgentemente
construir vías de acercamiento y resolución de problemas que provienen de
disconformidades y faltas de acuerdo. Es cierto que el candidato perdedor en
estas elecciones federales ofreció públicamente atenerse a las vías legales
para resolver el conflicto electoral o los agravios que estima contrarios a sus
intereses y los de su partido, pero también ya anunció medidas de resistencia
civil para impedir que el ganador asuma el cargo que le disputa. Sólo por
cuanto a lo primero está en su derecho, y sólo mientras no afecte el derecho de
los demás, porque la legalidad supone procedimientos, hechos y pruebas, so pena
de caer en contradicciones discursivas y de acción ¿o sólo son válidas y
legítimas las elecciones en las que ganaron candidatos de su partido, y donde
éstos perdieron son fraudulentas y oscuras? Es difícil, en términos lógicos,
armonizar afirmaciones que se rechazan, pero aún más si se refieren a los
mismos hechos y circunstancias. Si la política es construir y evitar la
destrucción, entonces al ganador en estas elecciones federales le compete una
tarea dos veces más difícil: tiene que gobernar para quienes votaron por él,
pero también para quienes votaron por otra opción o francamente en contra suya;
tiene que aperturar los mecanismos políticos de reconducción de la disputa
pública para atender el descontento de la otra parte del electorado. Pero no de
forma retórica, antes bien, todo intento de concordia política y social lo
llevará al mecanismo de creación o recreación de instituciones públicas,
fundado en las competencias que le otorga el marco institucional. Si hoy el IFE
está a debate, abra que proponer las reformas constitucionales y legales para
que nadie más pueda argüir que fallaron sus hombres o sus instrumentos. Si, en
términos generales, la conducta de la institución electoral fue correcta, habrá
que llevarla todavía a un plano superior de actuación, y esto se logra mediante
un mecanismo muy hablado y poco practicado: reforma política, reforma del
Estado o reforma constitucional. La construcción de instituciones públicas
cuesta mucho como para permitir su destrucción a capricho. ¿No?
No hay comentarios:
Publicar un comentario