Cuando en 1940 se fundó El Colegio de México, que
tenía como ascendiente inmediato a La Casa de España, “refugio
de intelectuales españoles republicanos, origen y logro de grandes obras
académicas, renovadora de la cultura mexicana”, nació un proyecto cultural y académico que hoy día lo coloca en la
cúspide de la investigación y docencia de vanguardia en el mundo
latinoamericano. Sus primeros tres presidentes dan una idea incuestionable del
proyecto que se buscaba: Alfonso Reyes, Daniel Cosío Villegas y Silvio Zavala,
intelectuales icónicos en las ciencias sociales, la docencia y la divulgación
científica en México y en el contexto cultural de habla hispana. Su sólida y
abundante producción científica en materia de estudios Históricos, Económicos, Demográficos,
Urbanísticos, Ambientales, Internacionales, Sociológicos, de Asia y África, de
Género, Literarios y Lingüísticos, y Bibliotecológicos, ha dado lugar a lo que suele
llamarse “Red de Colegios y Centros de Investigación” en nuestro país, fundados
sucesivamente a lo largo del último medio siglo, siguiendo la pauta o modelo de
investigación y docencia impulsado originalmente por El Colegio de México,
mediante la creación de programas de estudios de licenciatura, maestría y
doctorado de alto rendimiento, cuyos egresados han mostrado con créditos
suficientes su valía en el campo de la investigación aplicada y de la docencia
crítica, aportando conocimiento especializado para la comprensión y tratamiento
de los fenómenos sociales en México y Latinoamérica. Este es el ejemplo seguido
por El Colegio de Michoacán, El Colegio de la Frontera Norte, El Colegio
Mexiquense, El Colegio de la Frontera Sur, El Colegio de Jalisco, El Colegio de
San Luis, el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, el Centro
de Investigación y Docencia Económicas, el Centro de Investigación y Estudios
Superiores en Antropología Social, Centro de Investigación en Geografía y
Geomática Ing. Jorge L. Tamayo, El Colegio de Puebla, El Colegio de Sonora y El
Colegio de Veracruz. Impulsar una lógica de producción y difusión del
conocimiento en las Ciencias Sociales y las Humanidades, generar una crítica
constructiva y especializada, editar libros y revistas para tareas de difusión
y divulgación científica, atendiendo a la libertad de cátedra e investigación y
el libre examen y discusión de las ideas que postula el artículo 3° de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ha llevado a la
institucionalización de verdaderas escuelas libres, significadas también por su
autonomía para diseñar y aprobar sus planes y programas de estudios, así
como sus métodos de enseñanza, con el fin de realizar sus fines de educar,
investigar y difundir la cultura. Especialmente,
el artículo 3°, fracción VII, de la Constitución Federal establece y declara el
deber del Estado de garantizar a estas escuelas, no sólo las características
anteriores, sino también la facultad y responsabilidad de gobernarse a sí
mismas, de administrar libremente su patrimonio, de tutelar sus relaciones
laborales con su personal académico y administrativo, y de otorgar a las
labores académicas la consideración de trabajo especial necesario para la
realización de los principios de autonomía, libertad de cátedra e investigación
y los fines de las instituciones de educación superior. Bienvenidos los
Colegios.
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