miércoles, 9 de enero de 2013

La Ley Agraria de 1915


En otra ocasión hemos destacado el aserto del brillante historiador-abogado mexicano, Don Edmundo O´Gorman, que en su momento señalara que conmemorar no sólo es bueno, sino necesario cuando se trata de la historia social de un pueblo y la construcción de identidad. Este es el sentido que posee la Ley Agraria del 6 de Enero de 1915, que tuvo como antecedentes varias tesis contenidas en el Programa del Partido Liberal floresmagonista (1906), del Plan de San Luis Potosí, maderista (1910), y, por supuesto, del Plan de Ayala (1911), zapatista. Así que, al menos, cuatro adjetivos la podrían calificar: antiporfiriana, revolucionaria, agrarista y preconstitucionalista, que la hicieron una bandera del proceso revolucionario iniciado en 1910. En efecto, antiporfiriana fue porque su principal objeto era combatir el legendario latifundismo acentuado durante el largo régimen del presidente Porfirio Díaz; revolucionaria, porque su principal ideólogo, Luis Cabrera, y el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, enarbolaban el reparto agrario y la tenencia de la tierra con tintes sociales, como motivo central de la acción revolucionaria; agrarista, porque propugnaba por una redistribución de la tierra productiva para introducir la propiedad colectiva, que permitiera incrementar y socializar la producción misma del agro, fundándose en una característica que daba identidad a la en ese entonces mayoritaria población rural del país: la desposesión generalizada de medios básicos de subsistencia; y preconstitucionalista, porque fue la precursora directa del artículo 27 de nuestra Constitución Federal, que en 1917 estableció: “La propiedad de las tierras y aguas…corresponde originariamente a la Nación…La Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público…se dictarán las medidas necesarias para el fraccionamiento de los latifundios; para el desarrollo de la pequeña propiedad;…para el fomento de la agricultura ...Los pueblos, rancherías y comunidades que carezcan de tierras…tendrán derecho a que se les dote de ellas, tomándolas de las propiedades inmediatas,…se confirman las dotaciones de terrenos que se hayan hecho hasta ahora de conformidad con el Decreto de 6 de enero de 1915.” Hoy, después de 17 reformas sucedidas entre 1934 y 2011, el artículo 27 constitucional, mantiene su carácter antilatifundista y al ejido y comunidades como figuras agrarias. La Ley Agraria se suscribió en Veracruz y aquí –que sigue siendo un Estado agropecuario- tuvimos agraristas emblemáticos como Úrsulo Galván, Cándido Aguilar y Adalberto Tejeda. Por eso, que el gobierno federal y el local retomen la conmemoración conjunta de esta fecha tiene mucho de raíz histórica y otro mucho de simbolismo político. Volver los ojos al campo para lograr soberanía alimentaria, organización productiva e industrialización limpia, sigue siendo una tarea revolucionaria, aquí y en cualquier parte. El discurso de 3 de Diciembre de 1912 que Luis Cabrera, impulsor de la Ley Agraria, leyera ante el Congreso, describió durísimas realidades e hizo un análisis estrujante ¿Cómo no conmemorar el 6 de enero de 1915, para que tengamos presente que después de 98 años el campo sigue emproblemado en abandono, pobreza y deudas, como un fuerte pasivo social de primer orden en nuestro país?

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