En nuestro país, la caída mundial del valor del
petróleo dejó de ser tópica económica para convertirse en realidad
presupuestal. Los recientes recortes anunciados por el Secretario de Hacienda, calificados
como medida prudente, realmente son consecuencias financieras inevitables y
tuvieron dedicatoria, porque las disminuciones fueron de: 62.000 millones de
pesos a Petróleos Mexicanos; 10.000 millones de pesos a la Comisión Federal de
Electricidad; y 52.000 millones a 22
dependencias o entidades del gobierno federal (gasto corriente 65 % y 35 % en
el gasto de inversión); es decir, un
total de 124,300 millones de pesos, equivalentes al 0.7 % del gasto público
total o a 8,572 millones de dólares, considerando que el Decreto de Presupuesto
de Egresos de la Federación para 2015, aprobado por la Cámara de Diputados el
13 de noviembre de 2014 (457 votos a favor, 10 abstenciones y una abstención, o
sea, el voto favorable de 97.6% del los 468 legisladores presentes), fue de 4
billones 694 mil 677 millones 400 mil pesos. Esta cifra fue superior en 18 mil 440 millones 300 mil pesos (0.4%), a
la estipulada en el proyecto enviado el 5 de septiembre por el Ejecutivo
federal a la Cámara de Diputados, y ya provenía de recortes a gastos originalmente
propuestos que en ese entonces terminaron afectando a la mayoría de las
dependencias del gobierno federal y organismos autónomos por un total de 22 mil
11 millones 400 mil pesos. Pues bien, esta suerte de recorte-incremento que en
su momento aprobó la Cámara de Diputados como ajuste al proyecto de Egresos, ha
quedado literalmente destruido ante los recortes de estos días de febrero de
2015, que además no eliminan la posibilidad de otros más, ante el panorama que
sobre el futuro de los precios del petróleo han estimado el Gobernador del
Banco de México y el propio Secretario de Hacienda, quienes han declarado que
la debilidad de los precios será cuestión de años y no de meses –por razones de
baja demanda, sobreoferta y repreciación del dólar, apuntan-, y tomando en
cuenta la importancia estructural del petróleo como fuente de ingresos
nacionales, cuyo precio durante mucho tiempo se situó entre los 80 y 100
dólares. Somos el décimo productor mundial de petróleo y, al 3 de febrero de
este año, el barril de la mezcla mexicana está en 46 dólares producto de un
aumento de 20% en las tres últimas sesiones, pero sus expectativas no son
positivas en el mercado y más bien se piensa que el precio andará alrededor de
los 40 dólares. ¿Por cuánto tiempo? El Secretario de Hacienda calcula que este
nivel de precios no se recuperará en el corto plazo y que se mantendrá bajo por
los años de 2015 y 2016. Por de pronto,
se ha suspendido el proyecto del tren de alta velocidad México-Querétaro y
cancelado el tren transpeninsular en Yucatán y Quintana Roo, porque aun
funcionando su mantenimiento implicaría subsidios permanentes. Se anunció
también que no se incrementarán los impuestos, no habrá nuevos, y no se
contratará deuda pública. La austeridad y la disciplina presupuestaria han
llegado para quedarse con nosotros un buen rato y, en lo inmediato, ya se
anunció la reducción de 10 % en el gasto en servicios personales para mandos
medios y superiores, de 10 % en plazas de carácter eventual y por honorarios, y
de 10 por ciento en el gasto destinado a comunicación social. Cuidado.
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