“Mass media” se
llaman en el ámbito de la difusión colectiva a los medios como la prensa, el
cine, la radio y la televisión, y también a los novedosos como los denominados
“digitales” o “electrónicos”. Antiguamente, en el siglo XIX, el telégrafo
también lo fue. Czitrom atribuye a este medio la separación entre los términos
“comunicación” y “transporte”, y la promesa de la comunicación universal e
instantánea. En el mismo siglo, la prensa tuvo su auge inicial ya no como
periódico de corte mercantil o político, sino por el nuevo tipo de noticias que
difundió sobre crímenes, sexo y catástrofes, no exentas de sensacionalismo
muchas veces, y obtención de fuertes ingresos provenientes de la publicidad, es
decir, el anuncio publicitario de los productos de distintas firmas y casas
comerciales. Actualmente, todo esto, con diferente proporción, más los
editoriales políticos e información variada sobre salud, deportes, economía y
“sociales”, constituye la materia de trabajo de la prensa. El cine fue una
novedad de honda impresión en ferias, espectáculos ambulantes y salas de juegos,
que supuso la innovación tecnológica para reproducir imágenes y dar el efecto
de movimiento real. Así se llegaría a la construcción de salas y a una
floreciente industria multimillonaria centrada en contenidos de drama, acción,
épica y crítica política o social. En cambio, la radiodifusión es un desarrollo
tecnológico proveniente de la guerra, como medio para transmitir en forma
exacta mensajes claves como factor decisivo en la logística de una campaña
bélica exitosa; pero después realizó la simbiosis de publicidad y programación
que culminó todo un proceso de consolidación de los medios de comunicación
masiva. Por eso, el advenimiento de la televisión y su acelerada popularidad
fueron, prácticamente, consecuencia lógica de una industria avocada
decididamente al desarrollo de nuevas opciones para satisfacer el aparentemente
insaciable consumo de programación de entretenimiento por parte del auditorio. La
era electrónica es un suceso que resulta de ese enorme y largo proceso de acumulación
de capital y adelantos científicos necesarios para explicar la cobertura y
variedad de los mass media. Mc Luhan escribió que los medios deben ser
comprendidos como extensiones del hombre, que han convertido al mundo en una
aldea, porque lo que sucede del otro lado del orbe, podemos conocerlo casi en
tiempo real, sea lo que sea. Mattelart, desde los 70’s del siglo pasado ha
dicho que la cultura se volvió una empresa multinacional. Y Swingewood se ha
referido, desde la perspectiva de los medios, al mito de la cultura de masas.
Su impacto es impresionante en todos los ámbitos: como “cuarto poder”, los
medios tienen un papel preponderante en la discusión política, y son reconocidos
en el derecho constitucional nacional e internacional, bajo las fórmulas de
derechos humanos conocidas como libertad de imprenta y libertad de expresión. La
protección de la profesión de los comunicadores es obligación para cualquier
autoridad. Nadie discute su papel en las tareas de comunicación social e
información. Cierto ¿No?
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